lunes, 2 de abril de 2018

el cine y dios

Mi madre, a diferencia mía no es aficionada al cine. Ni a ir al cine ni a ver una película en la casa, mucho menos vería algo por internet. Pero hay ciertas películas "bonitas", "con bonito mensaje", que decide ver dos o tres veces, porque la película es tan linda que merece volver a ser vista antes que dar la oportunidad a otros filmes que incluso pudieran ser mejores. Quizá no lo fueran, pero podrían gustarle más.

Una de estas películas fue La teoría del todo, esa que narra parte de la vida de Stephen Hawking. Como algunos se imaginarán, mi madre no tenía ni idea de quién era este admirable hombre ni de su legado. La película le encantó, por lo que fue a verla otras dos o tres veces, cosa que en cierta manera le sirve porque no es alguien que ponga atención a esas cosas.

El filme le encantó a pesar de que Hawking desprecia claramente la religión y la excluye de una vida dedicada a la ciencia. Desde esta perspectiva, para mi madre Hawking era un hombre soberbio que creyó estar por encima de dios, tan vanidoso que creyó tener más conocimiento que "nuestro padre".

Pocos días después de que Hawking muriera comimos con una amiga de mi madre. El tema sobre su muerte tenía que salir, porque era demasiado reciente y porque se había hablado antes sobre los óscares. 

"Pero antes de morir se retractó y aceptó la existencia de dios, ¿verdad?" dijo la amiga de mi madre dirigiéndose a mí y esperando mi confirmación. Por supuesto que le dije que no, aunque eso quisieran todos los católicos.


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