domingo, 2 de octubre de 2016

Un soneto


Un día me puse a pensar: estando rodeado de tan extraordinarios poetas, sería una gran estupidez no intentar aprender a escribir poesía, no hacerle caso a la mejor poeta que he leído (Morgana de Palacios), quien me ha invitado a intentarlo. Y bueno, después de aprender algunas cosas básicas y de recibir el cariño de mi gente, aquí está mi primer soneto.

Le agradezco enormemente a Rosario Alonso, Isabel Reyes, Gavrí Akhenazi y a Silvana Pressacco por el apoyo y la enseñanza. El soneto se lo dedico a mi querida matemáticapoeta.


Mastico mis pesares sin tragarlos
andan de un lado al otro de mi boca,
la hiel se mete y jode lo que toca
hurgando en los rincones, sin sacarlos.

Remiendo mis heridas con saliva
apaciguando un poco el desperfecto,
renuevo los agravios, voy directo,
me estrello y quedo siempre a la deriva.

Pero no arreglo nada en mis quehaceres,
ni salgo de este círculo vicioso;
mutilo sin quererlo mis placeres,

mis días y mis horas: es odioso
tener en el desván tantos deberes,
sin salir de este enredo victorioso.




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