viernes, 17 de junio de 2016

Nosotros los perdedores


Nosotros también existimos, aunque no hagan películas sobre nuestras vidas. Somos los cobardes, los débiles, los pusilánimes, los conformistas; esos que no tienen revelaciones ni cambian para ser ese alguien que se supone que todos queremos ser.

Nunca somos los héroes, jamás protagonizaremos un drama o una epopeya. Aunque sí estamos. Nos necesitan para el relleno de las historias, para llenar el cuadro con estos rostros sin rostro, estos cuerpos que van de un lado al otro sin propósito aparente. Podemos ser un amigo del héroe si bien nos va. O ser el contrapunto que requieren las historias, el perdedor que potencia aún más todas las cualidades del contundente ganador.

Te imaginas si todos fuéramos ganadores, si todos tuviéramos la fuerza para sobreponernos a cualquier tragedia o perturbación personal, a cualquier cosa, y brillar con un esplendor maravilloso. ¿A quién embaucarían los charlatanes? ¿A quién? Si no existiéramos los depresivos, los temerosos, los resignados, los que dicen que no podemos ver más allá de nuestra nariz. Los que no tenemos pensado salir de nuestra "zona de confort” así no sea cómoda en lo absoluto.

¿Cómo sería el mundo si todos fuéramos triunfadores en potencia? ¿Cómo, si no existiéramos los perdedores buenos para nada?

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