viernes, 13 de febrero de 2015

Divagando... (dios, el destino)


Hay quienes dicen que nuestro destino ya está trazado. No sé por quién o en base a qué, pero que ya tenemos una ruta señalada, una vereda por la que transitar nuestro camino a la muerte. Incluso hay quien puede verlo a grandes rasgos en la palma de nuestra mano o en un mazo de barajas. O eso dicen. Hay quien tiene sueños premonitorios, tragedias o alegrías se le revelan mientras duerme. Otros, dicen que los astros tienen que ver con el curso de nuestros días, de nuestra buena o mala fortuna. Dando esto por verdadero, ¿quién o de qué forma se decide el que una persona viva 90 años y otra sólo 5? Puedo razonar y pensar las causas por las que una persona muera en una terrible agonía y otra en una tranquila y apacible muerte mientras duerme, sin dolor ni pesar para los suyos: porque dicen también que todo se paga y que como te portes te irá. Pero ese niño muerto de 5 años, qué había hecho para merecer no poder enfrentar su vida, qué delito vale para semejante pena, o acaso eran sus padres los que tenían deudas pendientes con el administrador ¿de la vida, del mundo, del universo? Y esa otra persona que mató a 15 “inocentes” y después se dio un tiro, muriendo al instante, ¿cómo pagará?, ¿quién o de qué forma se redimen esas 15 vidas? Será que alguien así sí va al infierno. Porque también dicen que nadie se va sin pagar, pero este desgraciado, ¿de qué privilegios gozaba? Ni siquiera el consuelo de la cárcel al culpable puede calmar el dolor de sus deudos. Pero también hay quien estúpido dice que dios sabe lo que hace, que sus caminos son misteriosos y que no somos nadie para cuestionar su voluntad. Que todo lo que pasa o deja de pasar es porque “él”, “el señor” así lo ha decidido. Ese dios que supuestamente nos ama, ¿quería que muriéramos? ¿Ese niño de 5 años no tenía un ángel guardián que lo protegiera de esa pileta de agua en la que se ahogó por descuido de sus padres, o al recibir aquel golpe letal en la cabeza? Pues, ¿qué hizo el infeliz? O es que sólo los influyentes tienen ángeles protectores, el mundo de lo sobrenatural o divino es igual de corrupto que este mundo nuestro: tanto tienes, tanto vales. La bendición materna por la mañana, ¿sirve de algo?

¿Quién decide entonces nuestro destino? El largo o corto, el difícil o fácil, tránsito por nuestra vida. ¿Lo decidirá un tiro de dados? ¿Qué determina que mi alma vaya a dar a Nigeria o que me convierta en el nuevo hijo de Shaquira? Que herede la ropa de 5 hermanos o que vista ropita de marca, a la moda, claro está. Que sea hijo de profesores universitarios o de alcohólicos irremisibles. Que tenga un padre devoto o un padre pederasta. ¿Quién fue el hijo de puta que nos determinó ese destino?

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